Ayúdame a abrir la puerta
que cierra mi corazón
con un candado de pena
y una llave de dolor.

El candadito de pena
lo puse porque es deber
cuidarse de andar queriendo
a quien no sabe querer.

El candadito de pena
lo he puesto con la ilusión
de abrirlo cuando vos quieras
que  te arrulle mi pasión.
Y te cuide, como cuida,
el jardinero la flor.
Ayúdame a abrir la puerta
que cierra mi corazón.

Voy a medir los desiertos
que ocupa mi soledad
con una cinta que tenga
distancia de cielo y mar.

El cielo será pequeño
cuando me ponga a soñar
y se me duerma este llanto
que voy echando en el mar.

El cielo será pequeño
y no va a alcanzar el sol
para alumbrar la alegría
cuando me nombres “Amor”.
Cuando el beso que me entregues
te lo devuelva en canción.
Ayúdame a abrir la puerta
que cierra mi corazón.