Cielo arriba de los talas,
ya voy oyendo tu voz,
con esos vientos de Salta,
la caja en tu corazón.
Vientitos de la quebrada
soplando en mi corazón.
Como una pena de siglos,
me adentras cuando, al nombrar,
nombras las cosas del hombre:
su amor y su soledad.
Nombrando cosas del hombre,
me nombras la soledad.
Cuando cantan las mujeres
el aire suelta una flor.
Cantame, Melania Perez,
perfumame con tu voz.
Diosquierita que mi copla
sahume tu corazón.
Cuando tus ojos se encienden
el cielo no brilla más,
la luna se queda sola,
trepada a tu carnaval.
La Luna de Cafayate
te escucha serenatear.
Se sube Manuel al canto,
el “Icho”, presta su voz.
Y te minga melodías
el Cuchi Leguizamón.
Ay, nombradora de Salta,
no hay olvido en tu canción.
