En Tucumán el invierno
se va metiendo despacio
y el Pedro enciende un fogón
donde se termina el patio.
Rincón de coplas y ausencias,
el fogón de Pedro Ramos.
En la fragancia del locro
el vino se va a animando.
La copla con el maíz
ya se van haciendo hermanos.
Y el humo al ñudo le busca
las florcitas al lapacho.
El Sucar coquea lento,
Juan Falú canta su barrio
y al Lucho Hoyos la voz
se le ha quedado en el “Alto”.
Rincón de coplas y ausencias,
el fogón de Pedro Ramos.
Si el Pedro sale a cantar
la zamba del sauce solo,
se le hace grave la voz
y se le aniñan los ojos.
Y las ausencias se queman,
despacito y al rescoldo.
El humo se ha vuelto nube,
el frío se ha vuelto abrazo,
en Tucumán el domingo
se va muriendo despacio.
Y en la llovizna de junio
el naranjo está llorando.
El Sucar coquea lento,
Juan Falú canta su barrio
y al Lucho Hoyos la voz
se le ha quedado en el “Alto”.
Y un algo de Pepe Nuñez
anda en el fogón rondando.