Ahí viene el zorzal criollo
sobrevolando las casas
despertando a los vecinos
a las tres de la mañana.
Él es muy desafinado
y todos quieren callarlo.
mi viejo pide a los gritos
que Gardel venga a ayudarlo.
¡Ahh! Carlitos, el argentino
“El Morocho del Abasto”
bajó del cielo y nos dijo:
-ahora los salvo muchachos-.
Se puso a cantar a dúo
y enamoró a todo el barrio.
Chau al ruido de los micros
que aturden con las bocinas,
los gallos enmudecieron,
los gorriones aplaudían.
Las calandrias y jilgueros
con los negras cabecitas,
canarios y cardenales
le hicieron coro en la esquina.
¡Ahh! Carlitos, el argentino
“El Morocho del Abasto”
bajó del cielo y nos dijo:
-ahora los salvo muchachos-.
Se puso a cantar a dúo
y enamoró a todo el barrio. (Bis)