Hay un lugar donde no existe la noche,
donde no existe el día ni las cuatro estaciones.
Para poder llegar a ese lugar
es necesario hacer un viaje a las entrañas del orbe.
No hace falta que te cuente las razones
que descienden junto a un hombre buscador de piedras,
El aire se hace denso y más pesado,
mis ojos se han acostumbrado a ver en la penumbra.
Aprendo a estarme quieto y ser paciente
aprendo a ser más fuerte, siendo frágil como un vidrio.
Me rompo en risa y llanto que he aprendido,
ya sé todo lo que hay que saber de la vida y de la muerte.
Espera por mi, mi vida, espera
con los brazos bien abiertos como flores en plena primavera.
Espera por la luz de mi linterna...
los fantasmas se quedan atrás,
llegaré con alma nueva.
70 días sepultados debatiendo con
70 pensamientos entre miedo y esperanza,
mi corazón y el tuyo solo aguardan
a 70 pulsaciones vibrantes por minuto.
¡Subiré! ¡Subiré atravesando
700 metros desde el centro de la tierra!
y en 700 minutos, a tu lado
viviré como quién a ganado
700 años más de vida.
Fui un número anónimo entre números
que no valía su peso en oro y tierra, ni siquiera en papa
Ahora soy el héroe del milagro,
conocerás la historia con fotos en la tapa.
Pude ser otra víctima sin nombre,
pude ser solo otro hombre cuyo cuerpo nunca fue encontrado
y me piden los de arriba que de abajo
les muestre dónde fue la grieta
cuando todo ya se ha derrumbado.
Hay un lugar donde no existe la noche,
donde no existe el día...
