En la falda del cerro, cruzando el río, vive la gente
Revolviendo basura que tira el rico, vive la gente
En los ranchos de latas, cabezas blancas como ceniza
A la noche se duermen mirando el cielo por las rendijas
¡Ay! Huellita escondida, hueles a humo.
¡Ay! Huellita escondida, hueles a muerte.
El que pisa tu senda te pertenece.
Con su ser, con su credo, alma con hambre, huellita, te pertenece.
Desamparo que viene como un mendrugo a la tardecita
Duro como la pena de alcohol y rabia que el hambre excita
En las aguas marrones de vez en cuando una esperancita
Hace como que llega pero se muere sin ver la orilla