Tengo dos soles aquí,
dos soles para elegir:
uno grande y amarillo
y otro guarda mi bolsillo,
y es quien defiende mi pan.
Tengo dos lunas también
para amar y defender:
una blanca, allá en el cielo,
y otra cerca de mi vuelo,
con mi camino y mis pies.
Por eso confundo tu mundo y mi mundo
y me quedo solo detrás de algún sol,
pero al fin de cuentas juntando los soles,
seguro tendremos un solo color.
Con esta luna en mis pies
me clausuraron la piel,
con el sol de mi bolsillo
me quedé con menos brillo
y con muy poquita fe.
Y aquel sol que perseguí
cada noche se apagó,
y esa luna que buscaba
con amor y tantas ganas
el día me la quemó.
Por eso confundo tu mundo y mi mundo
y me quedo solo detrás de algún sol,
pero al fin de cuentas juntando los soles,
seguro tendré un solo color.
