Siento en el aire el aliento de tu ardiente voz, tierrita
Y oigo a los hombres diciendo que tus movimientos no los detendrán
Quieren el oro la plata, quieren el árbol, el agua
Quieren el monte, la selva, la pampa, la estepa, el viento y el mar
Quieren el río, la montaña, meterse en tu entraña tierrita
Nunca escucharon tu voz, nunca quisieron oír
Como madura el color de tu cuerpo de luz, de sol, de arcilla azul
Nunca escucharon cantar a dos voces al viento y al mar
Ni al río, ni al árbol, al monte, a la estepa, la aguada y la sal.
II
Nunca escucharon tu voz, nunca quisieron oír
Como madura el color de tu cuerpo de luz, de sol, de arcilla azul
Nunca escucharon cantar a dos voces al viento y al mar
Ni al río ni al árbol, al monte a la estepa, la aguada y la sal
Nunca han oído a Coquena, nunca al duende Anchimallén
Nunca han sentido la pena de la huala al gemir
De dolor por no poder volar.
Final
Digo que en nombre del aire
De este viejo cerro Nahuelpan, del río, del árbol
Del monte, del agua, la pampa, la estepa…No pasarán
Digo que en nombre del aire no pasarán