Las campanas daban las tres, ya, de la mañana
no había un alma y hacía en el centro mucho calor
y de golpe vinieron perros hacia la plaza
y de un banco salió el sonido de un acordeón
Se vio luna y los perro meta a aullar en coro
y al reflejo de un eucaliptus, una mujer
de sombrero, dándole al fuelle como si nada
cuando todo tomó la forma de un almacén
Y uno que iba solo se fue a mirar
con la boca abierta,
desorientado, esa luz con manos
que desde un banco armaba una fiesta
Y uno se acercaba, se iba metiendo
puro calor,
iluminado como los perros
que eran la vida de ese acordeón
Por los brillos bajó la luna con su pareja
que era luna, pero más flaca, las vi a las dos
y ese banco se hizo más alto y los perros gente
y las lunas sirviendo luz desde el mostrador
Lunas atrevidas, esa mujer,
que estaba sentada
metiendo vida en esta ciudad
desde un acordeón, como si nada
Lunas atrevidas, tenía sombrero
y hacía calor
sirviendo jarras de luna llena
en la plaza Lunas del Mostrador
Se armó esa noche un bailongo hermoso
tomando luna en el mostrador
los perros gente y la luz con manos
sombrero rojo y un acordeón