El club del barrio se alteró
entró nerviosa una mujer
de ésas que son de sociedad.
Puro silencio, nadie habló
el mismo mozo se asustó
y otros dejaron de bailar.
Venga querida Rosita
que soy su querido
y hoy es mi cumpleaños
vamos al club de la villa
se me pone linda
que hay que festejarlo.
Había una mesa para diez
y la Rosita se sentó
el baile ya por comenzar
pero al sentarse se extrañó
quería mirarse una vez más
y se fue al baño a acomodar.
Vamos pensaba Rosita
unas horas antes
desde su trabajo
hoy que no está la señora
le saco un vestido
vuelvo y se lo plancho.
Y ya en el baño ella advirtió
en el bolsillo un celofán
con algo blanco en su interior
Sintió en los dedos suavidad
pensó, polvo de maquillar,
y ya curiosa se animó.
“Esperáme que ya traigo”
la señora baja
de un Mercedes Benz
cuando no estaba el marido
ella no volvía hasta el amanecer.
Y la Rosita se pintó
se puso blanca estornudó
medio mareada se alegró.
Saliendo ve a esa mujer
es la señora al sonreír
mira el vestido y viene a mí.
Y alguien se va en puntas de pie
Halló en el baño el polvo aquél
que la Rosita se olvidó
Saliendo ve al Mercedes Benz
y el gordo del afiche aquél
de la justicia y la honradez.
Guarda que ellos se enojan
guardan las apariencias
Ellos son la decencia
y vos la gente que no se nota.
Y ella no entiende el papelón
que la señora la abrazó
“Disimulá” y la revisó
Ya no hay sonrisa, hay malestar
“buscá tus cosas y te vas
si algo decís, pobre de vos”
