Una vez más
(y espero que no me lo niegues)
Gira la rueda, gira la rueda,
gira la rueda del atardecer,
antes que nos atrape el anochecer.
Me sentaré
a ver la luz que estalla detrás de ti
y en tu mirada
de agua calmada...
juntas, son un arco iris.
¡¿Cómo renunciar a ese milagro?!
¡¿Cómo me podría ir?!
Mientras tanto, y se va apagando,
acércate.
Deja el dorado restante en tus manos,
deja tu huella en mi, que a la luna yo la giraré.
Toda humedad,
la humanidad de cada beso
y toda la gloria, hora con hora,
toman sentido en tu desnudez.
Por estar colgada de la luna,
de tu cris ya le dejé a merced.
Temblor de estocada al tacto,
de rayo a rayo asoma el sol.
Deja el plateado que brilla en tus labios,
besa aquél punto que, sin pudor, yo desprotegí.
Y una vez más
(siempre que tu no me lo niegues)
Gira la rueda, gira la rueda,
gira la rueda del atardecer
antes que nos atrape el anochecer.