Temprano dolor, condenado precoz
Parido al mundo sin desayunos ni juguetes
Un segundo de abrigo recuerda aquel vientre
Antes de ver la luz que lo recibiera
Que cambió de pronto el bello color
El destello oscuro fundió la sombra y el cuerpo
Hoy en las calles revuelve los tachos de los mercados
Impotente mago que hace de sobras comida
Barco de los olvidados navegando
Buscando un puerto de sonrisas
Y el derecho a vivir
No habita la paz, no en ésta tierra
Sí la tranquilidad mas dentro de ella acechan los enemigos
Y entonces cuando el pueblo se levanta
Sacan a relucir sus escudos y metrallas. El orden establecido.
Pequeño hombre, reflejo adulto
Estas en la fila de los quijotes cesantes que esperan turno
Abriendo los diarios como la mañana, abriendo las manos
Regresando a casa con algo de pan compartido.
