Bajo un cielo gris, rojo el otoño lo vio caer
Por la barranca oscura donde los hombres dejan de ser…
Se fue sin voz su aliento, dicen: “fue el viento que lo empujó”
Pero en los mentideros del bar obrero dicen que no...
Siempre hablaba de la muerte
Era un hombre creyente sin bendición
Y aunque amaba los trinos
Andaba ausente de la canción
Ahora que se ha ido con su silencio del mostrador
Han llenado su copa los compañeros con emoción
Lo recuerdan riendo, trayendo a cuento su profesión
De albañil y plomero, destino obrero que siempre honró
Entre vinos y tristezas
Un viento seco los envolvió
Y temblaron los vasos
Los parroquianos y el mostrador
Y sintieron cantando luego que el viento se retiró
La voz del finadito que con su copla les dijo adiós
“A la muerte hay que enfrentarla con flor y truco en la manga
Y aunque le ganes de mano, nunca le des la revancha”