De a caballo en la meseta hallé un rastro y lo seguí
Era una huella angostita cual si rodara un tragüil
Caminé como dos leguas detrás de él y me perdí
Cruzando montes y piedras hasta llegar a un mallín
Ya era como la oración y entre los montes, perdido
Divisé unas cortaderas
Donde había un rancho escondido
II
Un paisano veterano me semblanteó sin hablar
Y después de dar la mano me invitó a desensillar
Preguntó como al pasar: “qué anda haciendo por acá…”
Habló de la soledad que por esos campos mora
Y esa piedrita que roda dijo: “Es gualicho nomás”
III
“Tiene el rastro como un carro; se va lejos, lejos va
Según dicen los ancianos viene de la antigüedad
Anda y anda por los campos rodando de aquí pa’ allá
Si algún hombre la encontrara se volvería eternidad”
Me fui pensando en aquel
Rastro que viene del tiempo
En los misterios del campo
En el hombre y su silencio
Y en la soledad sin fin
Que reina en esos desiertos