Oscuros que apedazan sangreviva
son ustedes, los que amatan sin pudor;
se les nota el ambicio en la saliva
y les huele a cavatumbas el sudor.
Inalmados de ojos criminosos,
que, amandados por un adolarísta,
piedraespinan el sitio caminosos
y encuchillan la vena redentista.
Aunque rojen la tierra todavía
a degüello y enrosques de cadena,
no esperancen a que el dolor se ría;
se apacientan los muchos de la pena,
lo sangrante de justicia se llena
y dará traedores de sanía.