Te dejaré en una tarde
un gajo de mi guitarra
en coplas lentas, tristonas
como susurros de agua.
Me llevaré tu silencio
en gotas frescas calladas
que cuando sufra tu ausencia
aliviarán mi nostalgia.
Te buscaré donde aroma
el aire azul la mañana
soltando luces, rocíos,
en los nidales del alba.
Recorreré las vertientes
que dan a luz las montañas
hasta tener en mis manos
tu piel melar enjambrada.
Recogeré el universo
que duerme al pie de las charcas
para enlazar tu cintura
con luz de luna y albahaca.
Escucharé cuando llueva
tu voz ausente en mi almohada
y te traeré sin que sepas
al memorial de mi savia.
Levantaré las espumas
que olvida el mar en la playa
y con impulso de arena
las volveré resolana.
Y llevaré por el tiempo
mis lentas coplas de agua
para tenerte conmigo
Como un paisaje del alma.